DESPUÉS DE LA TEMPESTAD, VIENE LA CALMA
Fotografías de Joy
Ayer nos cayó nieve.
Quizás esta tempestad de agua, viento, nieve...
Quizás el frio no sea más que un reflejo de nuestro propio frio...
Quizás las tempestades no sean más que el reflejo de la revolución interna,
de la confusión emocional que nos acompañan en muchos momentos...
Pero no lo alimentemos.
Ayer, desde la ventana de casa, también del alma,
podía observar cómo grandes copos querían enfriar todo a su paso...
Pero no me dejé arrastrar
y le dediqué el día a la sonrisa y al amor.
Al agradecimiento por la reunión familiar, por el calor del hogar,
por las necesidades cubiertas, por la salud, por la hermandad...
Le dediqué el día al canto.
Y esta mañana, desde la misma ventana,
el espectáculo de luz, de nieve fundiéndose al abrigo del sol,
era grandioso.
Se ha vuelto a constatar el triunfo de la luz, del calor del amor,
sobre la turbiedad y el frio de su ausencia...
Reflexiono:
"Después de la tempestad, viene la calma"...
Por qué viene?
Porque la tempestad, por sí misma,
supone el punto de inflexión en el que te sitúas y tu voz dice:
"Basta!, ya he experimentado suficiente"
Pero es absolutamente necesaria, en el mundo de la dualidad,
la presencia de esa revolución interna/externa,
que lleva implícita, en sí misma,
toda su fuerza creadora de "calmas"...
Hasta que el ser humano/divino trasciende toda dualidad ilusoria
y decide vivir, eternamente, en la calma del Ser.
Joy
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