Pregunta. ¿Cómo es posible que se deshumanicen los seres humanos?
Respuesta. Cada ser humano cuenta con dos fuerzas antagónicas en su interior. Uno es el falso yo, más conocido como ego o personalidad, relacionado con la ignorancia, la inconsciencia, el egocentrismo, la insatisfacción y el miedo. El otro es el verdadero yo, nuestra verdadera esencia y que está conectado con la sabiduría, la consciencia, el bienestar y el amor incondicional. Cualquier persona que no esté en contacto con su esencia está en vías de deshumanizarse, pues poco a poco va olvidando y marginando sus verdaderos valores, lo que repercute en su forma de pensar, vivir y relacionarse con los demás.
P. ¿Cómo se sabe que una persona vive identificada con su ego?
R. Es fácil: en primer lugar, porque a pesar de hacer y tener de todo siente un vacío en su interior, como si le faltara algo esencial para vivir en paz. De tanto dolor acumulado, finalmente se desconecta de su verdadera humanidad. Desde el ego, las personas actúan movidas por el miedo y la necesidad de supervivencia física y emocional. Su objetivo es conseguir que la realidad se adapte a sus deseos, necesidades y expectativas egoístas, lo que les lleva a vivir una vida marcada por el sinsentido, el malestar y la necesidad constante de evasión y narcotización de sí mismos.
P. ¿Por qué prevalece la deshumanización de las empresas y de la sociedad?
R. Porque llevamos muchas décadas condicionando a los seres humanos con falsas creencias sobre quiénes son y cuál es su relación con el mundo. Debido a la ignorancia ha prevalecido el ego, desde el que se ha construido una sociedad competitiva, agresiva, avariciosa, superficial, insatisfecha, vacía y ambiciosa, que a su vez sigue condicionando a las nuevas generaciones para preservar el establishment.
P. ¿A qué se refiere?
R. El mundo se ha convertido en un negocio en manos de las grandes corporaciones. Debido al sistema monetario, todas las instituciones funcionan bajo un mismo principio creador: su propia supervivencia. Tanto los Gobiernos como las entidades financieras, las empresas y las instituciones religiosas, que tanta influencia tienen en la sociedad, están orientadas a optimizar sus recursos para tener el mayor lucro posible. El bienestar de la humanidad y del medio ambiente les trae sin cuidado porque no es rentable.
P. De ahí la dificultad de tener verdaderos líderes humanistas...
R. Exacto. A la maquinaria del sistema monetario sólo le interesa que las cosas sigan como están, incluyendo los 40 conflictos armados existentes hoy y que tanto dinero generan a la industria armamentística mundial. Por eso, líderes como los hermanos Kennedy, Gandhi, Luther King y tantos otros fueron asesinados. Los que tienen el poder tan sólo están interesados en continuar teniéndolo, y para eso necesitan seguir esclavizando a los pueblos por medio de la deuda y los intereses bancarios, que impiden que la humanidad salga de este círculo vicioso.
P. ¿Y cuál es su propuesta?
R. Un cambio radical en el proceso de formación humano. Ahora prevalece el condicionamiento egoico, que provoca que el hombre siga siendo un esclavo. En cambio, una educación basada en nuestra verdadera naturaleza potencia el desarrollo de nuestra conciencia, lo que nos libera de las falsas creencias acumuladas por el ego y que tanto limitan nuestra existencia. La crisis económica tan sólo pone de manifiesto nuestra crisis de conciencia. Es un indicador de que algo está funcionando muy mal.
P. Usted suele hablar de "la búsqueda de la verdad"...
R. Todos los grandes sabios de la humanidad, como Buda, Lao Tse, Jesucristo o Sócrates, han dicho lo mismo: el sentido de la vida es aprender a trascender nuestro egoísmo y egocentrismo para que podamos ver a los demás y al medio ambiente que nos rodea como parte de nosotros mismos. No existe la fragmentación, sólo la unidad: todos somos uno. Buscar la verdad implica cuestionar el condicionamiento sociocultural recibido para recuperar el contacto con nuestra verdadera naturaleza. No es ningún síntoma de inteligencia adaptarse a una sociedad como la actual, profundamente enferma. El líder que las empresas necesitan para mejorar la realidad debe ser, ante todo, un hombre consciente, libre y sabio. -
Sí a todo.
ResponderEliminar"No existe la fragmentación, sólo la unidad: todos somos uno. Buscar la verdad implica cuestionar el condicionamiento sociocultural recibido para recuperar el contacto con nuestra verdadera naturaleza."
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el texto que nos traes, como cada uno que nos compartes trae una nueva emnseñanza.
Gracias querida Joy, es una alegría leerte.
Un fuerte abrazo
Querida Amelia, muchas gracias por tu opinión y por comentar tu paso por este espacio. Siempre eres bienvenida.
ResponderEliminarYo también me vinculo a todo su contenido!
Un cálido abrazo
Querida Azul, a tí sí que es un gustazo leerte en tus comentarios tan vitales y llenos de receptividad!
ResponderEliminarComo puedes observar, me llegan textos de muy diferente procedencia, pero justamente lo que me encanta es el valor de su síntesis, de su mensaje común, sea cual sea su perpectiva.
Desde hace un tiempo, la ciencia y la espiritualidad caminan de la mano en muchas ocasiones, y eso es un motivo de celebración!
Muchas gracias, amiga y recibe un abrazo lleno de vitalidad, como la que tú emanas.
Una efectiva manera de llegar al centro de nuestro ser, a la esencia, es por medio de dhyana,(meditaciòn, contemplaciòn). Esta pràctica
ResponderEliminarconduce a una vision no fragmentada del Ser interior silencioso, que nos libera de las ataduras sensoriales. Gracias Joy por incluir enseñanzas tan importantes en su blog.
Querido Antonio, te doy las gracias encarecidamente por tu paso por este espacio y por complementarnos con tu aportación.
ResponderEliminarSé siempre bienvenido y recibe un abrazo grande!
Siempre me gusta leer a Claudio Naranjo. Gracias, Joy, por compartir esta entrevista.
ResponderEliminarBesos.
Gracias a tí Elsa por tu paso por aquí y por tu comentario.
ResponderEliminarEso apoya mucho...
Me alegra que te guste.
Lindas tus nubes que se besan...
Yo también lo hago, con mucho cariño